Biomarcadores: Presente y Futuro
Reunión de expertos
Madrid, 9 de diciembrede 2014
ASISTENTES
Dña. Mercedes Martínez. Consejera Técnica, Unidad de evaluación farmacoecnómica de la Subdirección General de Calidad de medicamentos y productos sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Dña. Roció Arroyo. CEO de Amadix (ASEBIO)
Dr. Eduardo Díaz-Rubio. Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid
Dra. Luisa María Villar. Farmacéutica Adjunta, Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid
Dña. Carmen González Madrid. Presidenta Ejecutiva de la Fundación Salud 2000
Moderadora: Dña. Lucía Barrera. Directora de Gaceta Médica.
Coordinador: D. Jesús Díaz. Secretario del Patronato, Fundamed
CONCLUSIONES
1. Es imprescindible establecer un listado que defina los biomarcadores que deben pasar a la práctica clínica. Definir cuáles son los biomarcadores que se deberían utilizar y cuáles están todavía en fase de experimentación sigue siendo una tarea difícil. Por eso, es necesaria una normativa para que los biomarcadores que deban pasar a la práctica clínica se definan. Esto contribuirá a que después de los esfuerzos realizados para desarrollarlos y validarlos también se puedan incorporar a los hospitales. Para conseguir este objetivo, los expertos indicaron que hay que delimitar cuáles son los que tienen que estar incluidos en función de la evidencia científica, el análisis de su coste, si son sostenibles y el valor en salud.
2. La falta de financiación impide que los biomarcadores lleguen a los pacientes. Una de las principales barreras que aún tienen que superar, es la falta de financiación. Sin ella, es imposible desarrollar estudios que acerquen los nuevos biomarcadores a los hospitales y a los pacientes. Los expertos instaron a la administración a que ofrezca más apoyo y recordaron que cuando hay resultados de biomarcadores que han demostrado evidencia pero no hay apoyo para que se puedan comercializar, quienes se verán perjudicados son los pacientes. Invertir para tratar de entender mejor las patologías y caracterizar sus mecanismos moleculares es, por tanto, clave.
3. Los expertos tratan de encontrar soluciones a la variabilidad existente. Dado que los fondos se transfieren desde el Estado a las 17 comunidades autónomas, es difícil no encontrarse con inequidades entre las autonomías e incluso entre hospitales de la misma región. Algo que los clínicos corroboran es que la industria farmacéutica conoce de primera mano cómo son esas diferencias de acceso a los fármacos entre comunidades, por lo que el trabajo conjunto y la colaboración y coordinación de los diferentes agentes pueden ser una de las piezas clave.
4. Hay que implantar más controles de calidad. Los expertos inciden en que no se cuenta con controles de calidad de los biomarcadores para su utilización. En este sentido, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) está realizando un registro de plataformas de biomarcadores aunque se desconoce el estado de las mismas. En la actualidad, está en fase de recogida de datos, pero tendrá que ser, posteriormente, el Ministerio de Sanidad el que reconozca dichas plataformas dentro de los hospitales públicos.
5. A través de acuerdos de colaboración sería posible acercar los biomarcadores al SNS y hacerlo más sostenible. Siempre y cuando los resultados sean favorables, la coordinación entre hospitales, centros de investigación, universidades, administración y la industria farmacéutica y biotecnológica será útil para que ciertos biomarcadores den el salto y lleguen al paciente. Es necesaria una colaboración conjunta de todos a efectos de alcanzar acuerdos de unificación de criterios, técnicas y parámetros. Como ejemplos para conseguirlo, el modelo que sigue Francia e, incluso, iniciativas como la del Sergas.
6. La medicina de “las cuatro ‘P’” se perfila como la medicina del futuro. Los biomarcadores son una realidad del presente, pero hay que seguir profundizando. Es una “verdadera revolución”, pero en los próximos años será necesario un cambio de mentalidad y una orientación principalmente predictiva. En el campo de la oncología, se apuesta por las biopsias líquidas, más estudios de alteraciones genéricas y ensayos clínicos orientados. Para ello, también es fundamental que los biomarcadores estén incluidos en los IPT.
7. Conseguir biomarcadores coste-efectivos para el sistema. Tienen que permitir un ahorro del gasto sanitario. Haciendo una selección de los pacientes respondedores,este fin serámás fácilmente alcanzable.
COBERTURA
Gaceta Médica