Cardiología: Área Prioritaria Asistencial y su impacto en el sistema sanitario
(Madrid, Jueves, 22 de septiembre de 2011)


Asistentes:

  • D. Joaquín Alonso Martín. Responsable del Plan Estratégico de Cardiología de la Comunidad de Madrid
  • Dr. Andrés Iñiguez. Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Meixoeiro de Vigo y Patrono de la Fundación Salud 2000
  • Dr. Carlos Macaya, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico de Madrid y Presidente de la Sociedad Española de Cardiología
  • D. Alejandro Toledo. Presidente de la Alianza General de Pacientes y Presidente Nacional de ALCER
  • Dr. Rafael Cordón. Director de la Unidad de Medicina Clínica de Merck
  • Dña. Carmen González Madrid. Presidenta Ejecutiva, Fundación Salud 2000

Moderador: D. José Mª López. Director General Editorial de Contenidos e Información de Salud.
Coordinador: D. Jesús Díaz, Secretario del Patronato, Fundamed


Conclusiones:

  • La importancia de un sistema sanitario dirigido a crónicos. Con unos profesionales formados principalmente en el tratamiento de pacientes agudos, un entramado sanitario que gira en torno a los hospitales y la mayor parte de los recursos disponibles destinados a enfermos agudos, el panorama al que se enfrenta el paciente crónico es complicado. Una situación que exige un cambio rápido ya que actualmente, debido sobre todo al progresivo envejecimiento de la población, el número de pacientes crónicos supera en mucho al de agudos.
  • En el contexto actual, se vuelve imprescindible la búsqueda de la eficiencia. En un sistema que nunca ha buscado la eficiencia porque disponía de recursos económicos suficientes, se hace necesario ahora un cambio de mentalidad. Eso sí, la búsqueda de eficiencia no significa simplemente incidir en los recursos económicos, sino también probar con otras opciones no económicas como la creación de redes asistenciales, la protocolización de las enfermedades más prevalentes, el uso de las TIC o una mayor interrelación entre AP y hospitales, entre otras medidas.
  • La integración profesional multidisciplinar se perfila como una alternativa de futuro. A semejanza de las unidades de asistencia multidisciplinar que ha promovido la Sociedad Española de Cardiología, la integración del conocimiento de profesionales de diferentes especialidades en torno a una misma patología se vislumbra como una posibilidad de enriquecimiento tanto para el paciente como para el profesional sanitario.
  • La descentralización de las competencias sanitarias produce ciertas inequidades. La relativa libertad de la que disponen las diferentes comunidades autónomas a la hora de establecer uno u otro servicio o dispensar uno u otro fármaco termina produciendo algunas desigualdades territoriales, ante las que los expertos mostraron preocupación. Una preocupación que se ve todavía más acrecentada si cabe ante la constatación de que la búsqueda de una mayor eficiencia pasa precisamente por la integración.
  • No existe déficit de especialistas en cardiología. Ninguno de los expertos reunidos secundó esta afirmación, extraída de un estudio de la Universidad de Canarias hace unos años. Mas bien al contrario, todos ellos se mostraron de acuerdo en que actualmente existía un equilibrio entre las necesidades de los pacientes y el número de cardiólogos.
  • Es necesario un cambio en el modelo de la relación industria farmacéutica-sector sanitario. La industria farmacéutica reclama que no le sigan acumulando recortes y pide un pacto con el Gobierno, los profesionales sanitarios y las asociaciones de pacientes. Así, la industria, considerada “pieza clave” del funcionamiento del sistema sanitario, pide un cambio de mentalidad y un modelo centrado en la búsqueda de alianzas estratégicas que facilite el apoyo y colaboración entre todas las partes.
  • El paciente debe corresponsabilizarse del tratamiento farmacológico que consume. Construir un sistema sanitario eficaz requiere del compromiso de todos los actores, incluidos los propios pacientes. Por eso, es necesaria la coimplicación y la corresponsabilidad del paciente tanto en la adherencia al tratamiento como en la realización de hábitos saludables, un compromiso que también tiene que fomentar el profesional sanitario. La mayoría de los expertos coincidieron en que la educación es una de las mejores, si no la mejor, arma para lograr este objetivo.

Cobertura:
Gaceta Médica