Nuevos retos y expectativas en la Gestión Sanitaria
(Madrid, Martes, 22 de febrero 2011)
Asistentes:
- D. Luis Rosado. Director Gerente de la Agencia. CCAA, Valencia
- D. Ramón Gálvez. Director Gerente del SESCAM, Servicio de Salud de Castilla la Mancha
- Dña. Olga Isabel Rivera. Viceconsejera de Sanidad, investigación e innovación. Osakidetza, País Vasco
- D. Enrique Sánchez de León. Patrono, Fundación Salud 2000
- Dña. Carmen González Madrid. Presidenta Ejecutiva, Fundación Salud 2000
Moderador: D. José Mª López. Director General Editorial de Contenidos e Información de Salud.
Coordinador: D. Jesús Díaz, Secretario del Patronato Fundación Fundamed
Conclusiones:
- El SNS se enfrenta a nuevos retos que motivan su reforma: Fruto de la gran transformación social que ha sufrido nuestra sociedad, actualmente existen nuevas necesidades sanitarias. Para satisfacerlas, es necesario emprender una transformación holista de un SNS que, desde su concepción en 1986, a través de la Ley General de Sanidad, se haquedado obsoleto.
- El paciente crónico acapara los recursos sanitarios: Una de las consecuencias de esa evolución social es la presencia de un nuevo modelo de paciente: el crónico. Éste absorbe gran parte del presupuesto sanitario. Su presencia obliga a replantear el modelo asistencial.
- La financiación aparece como problemática principal: El crecimiento de la demanda de los recursos sanitarios, la incorporación de nuevas opciones terapéuticas y de las nuevas tecnologías en el sistema sanitario han incrementado la cartera de servicios. Para responder ante esta situación es necesario incrementar los recursos económicos. Algo que hoy no es factible debido a las limitaciones presupuestarias.
- La limitación en los recursos obliga un modelo de eficiencia: El aumento de los recursos incluidos en la cobertura de la sanidad pública, techados por unas limitaciones presupuestarias, obligan a conseguir los máximos resultados con los bienes disponibles. Con ello, nos encontramos ante un punto de inflexión que exige eficiencia en la gestión. Una situación que se agrava en un contexto de crisis económica, donde las partidas presupuestarias, también la sanitaria, se recortan.
- El paciente, en el centro de la toma de decisiones: La reforma del SNS debe ir fundamentada en las necesidades de sus usuarios: los pacientes. A ellos, además, hay que concienciarles acerca del irremediable recorte en la cartera sanitaria. Una reducción que, además, deberá ir acompañada de una racionalización del uso de los recursos por parte de los usuarios.
- Las reformas incumben a los poderes autonómico y central: Resultado de la descentralización del SNS, su transformación debe emprenderse desde diferentes ámbitos desde los que existen competencias en materia sanitaria: el autonómico y el central. En cada campo, los agentes deben emprender reformas que conciernan a su autoridad.
- El papel de los profesionales sanitarios: En la reforma del SNS deben participar todos y cada uno de los agentes que componen el sistema. Sin embargo, dentro de estos, los profesionales sanitarios juegan un papel esencial, pues son ellos lo que determinan, en gran medida, qué recursos y en qué cantidad se consumen.
- La sostenibilidad depende de la continuidad de las políticas: Para que un modelo sanitario se sustente, sobreviva y evolucione a la par que la sociedad es imprescindible que las medidas que se implanten se mantengan a lo largo del tiempo. Además, es necesario que se impongan a través de un modelo flexible que permita su constante adaptación a los cambios sociales.
- Nueva concepción de los factores de calidad de la salud: Un nuevo SNS no tiene cabida sin una concienciación de la población al respecto de los factores que condicionan la calidad de nuestra salud. Y es que, pese a la idea que impera y que relaciona la cantidad de recursos disponibles con mejores niveles de los indicadores de la salud, lo cierto es que son la carga genética, el nivel socioeconómico o los condicionantes ambientales los que influyen directamente en el resultado.
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